Tribunal de
la Santa Inquisición
El doctor Manuel
de Flores, Inquisidor Fiscal, presentó formal acusación
en su contra, fundada en cincuenta y tres cargos, y el Tribunal
acordó se corriera traslado al reo, haciéndose la
publicación de testigos y probanzas; el 20 de mayo se hizo
esta publicación, con las declaraciones de diez testigos,
cinco informes y dos edictos, y se corrió traslado de ella
a Hidalgo, para que respondiera y alegara “lo que viese
convenirle a su derecho, con parecer de uno de los letrados que
ayudan en este Santo Oficio, para la primera audiencia.”
No habiendo comparecido en el término señalado,
“para que alegase y respondiese a dicha publicación,”
se le nombró abogado de oficio al licenciado fray José
María Rosas, que lo era de presos de la Inquisición.
Atendiendo estos
requerimientos del Tribunal de la Fe, Hidalgo le envió
el 10 de junio, por conducto del comandante, Salcedo un largo
escrito compuesto de doce puntos o proposiciones, en contestación
a los cargos que el Tribunal le había hecho de su famoso
edicto, que por lo demás el Cura había contestado
ya en noviembre del año anterior, desde Valladolid, rechazando
en debida forma los cargos de hereje y apóstata de la religión,
aunque explicando al mismo tiempo y con valor, las causas por
las cuales hubo de atreverse a encabezar la rebelión. Ahora
volvía a hablar no el revolucionario, sino simplemente
el católico, y sobre todo el miembro de la iglesia, su
pastor.
Evacuada esta diligencia
con el Tribunal de la Fe, se pasó al juez eclesiástico
la causa militar de Hidalgo; y el canónigo Fernández
Valentín, después de tenerla en su poder durante
una semana, en oficio de 14 de junio dio por “bien recibidas”
las declaraciones echas por el Cura de Dolores ante don Ángel
Abella, indicando que volviera el proceso al auditor, licenciado
don Rafael Bracho, a fin de que consultara las diligencias que
debían seguirse, o dictaminar lo que hallara “por
más conveniente a derecho y al bien general del Estado,
atendidas todas las delicadas circunstancias que se deben tener
presentes en negocio de tanta entidad”.
El 27 de junio se
presentó otra diligencia contra el reo, consistente en
presentar cinco cartas dirigidas a don
José
María González Hermosillo y dos nombramientos,
uno de teniente coronel y otro de coronel, expedidos a favor del
propio jefe insurgente, con objeto de que reconociera si era suyo
el contenido y la firma de tales documentos. Interrogado sobre
esto, Hidalgo los reconoció, dando contestación
enseguida a doce preguntas sobre el mismo asunto, las cuales se
agregaron a su causa, junto con los documentos. |