Introducción
Juicios Contra Hidalgo

Tribunal de la Santa Inquisición

Sentencia a Hidalgo
Degradación
Ejecución
Exposición del Cadáver
Las Cabezas
Los Restos Mortales de los Héroes
 

La muerte

 
Sentencia a Hidalgo

Se consideraron agotadas todas las averiguaciones, y entonces el licenciado Bracho, con su carácter de auditor, hizo el estudio de la causa y formuló su dictamen, presentando su escrito al Comandante General el día 3 de julio. Enumeradas ante él una a una de las agravantes, concluyó que en su sentir, Hidalgo era reo de alta traición y mandante de alevosos homicidios, y que debía morir por ello, confiscársele sus bienes y quemar públicamente sus proclamas y papeles sediciosos.

No le esperaba a Hidalgo, pues, a esas horas, sino la degradación sacerdotal, la sentencia y la muerte.

“En la soledad el hombre se encuentra consigo mismo”, repuso Hidalgo en su prisión de Chihuahua desde el 23 de abril, llevaba ya como dos meses y medio en aquella clausura. Espíritu religioso a pesar de todo; intelectual nada común; patriota exaltado.

 

 
 
 
 
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