Exposición
del Cadáver
Desataron el cadáver,
que prendido en el banquillo había quedado en forzada esguince
y con la cérviz abatida en el suelo en medio de un charco
de sangre, lo llevaron al exterior del edificio; donde sobre un
tablado construido a la derecha de la puerta principal, y frente
a la plaza, se colocó una silla en la que lo sentaron para
pública expectación. El pueblo, agolpado a la plaza,
empezó a desfilar silencioso ante el ajusticiado cadáver.
En tanto hubo una misa cantada en la parroquia, en la que el Padre
José María García dijo el sermón de
“escarmiento” al pueblo allí presente.
Al cabo de unas
horas, y al obscurecer, el cadáver fue quitado de donde
estaba; se le introdujo al edificio y tendiéndolo sobre
un tablón, a una orden del Comandante Salcedo, un indio
tarahumara le cortó de un tajo la cabeza con un machete.
Después, reclamado por los padres de San Francisco, lo
condujeron a su convento, donde lo velaron aquella noche, y al
día siguiente le dieron piadosa sepultura en el presbiterio
de la capilla de San Antonio, anexa a su iglesia principal. |