Introducción
Juicios Contra Hidalgo

Tribunal de la Santa Inquisición

Sentencia a Hidalgo 
Degradación
Ejecución
Exposición del Cadáver
Las Cabezas
Los Restos Mortales de los Héroes
 

La muerte

 
Ejecución

A la mañana siguiente se dio aviso al condenado a muerte, de que era llegada la hora de marchar al patíbulo. El exterior del edificio lo resguardaban más de mil soldados que llenaban la plaza de San Felipe o de los Ejercicios; Hidalgo en medio de sus verdugos y acompañado de su confesor y otros sacerdotes, salió hasta donde estaba destinado para su ejecución.

Allí cercano a él se colocó un banquillo, el que Hidalgo beso con resignación y humildad, tuvo un leve altercado porque se quiso hacerle sentar de espaldas, el que término sentándose de frente; entregó a un sacerdote el librillo junto con el crucifijo; le ataron las piernas con unos portafusiles de cuero, contra dos patas del asiento; le vendaron los ojos, se colocó una mano en el pecho, y reanudó de memoria su oración.

Formando ante él de cuatro en fondo el pelotón, disparo la primera fila, y de la descarga tres balas le dieron en el vientre y otra en el brazo; la segunda fila de tiradores que había disparado no acertó ninguna bala en el pecho y fueron a dar todas en el vientre, la tercera fila tampoco llegó a acertar en el pecho y dieron todas en el mismo vientre.

 

 
 
 
 
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